Del muro en Facebook del hermano Salvador Melara, licenciado en Teología.
“Salvador Melara, amigo católico: le saludo cordialmente. Primeramente déjeme decirle que la doctrina es de Dios, no de la Iglesia católica. NADIE puede ni debe añadir ninguna enseñanza extra a la palabra de Dios porque entonces serían ADÚLTEROS. Los cristianos del primer siglo NUNCA enseñaron cosas distintas a lo que hoy en día la Iglesia católica enseña. SIEMPRE se apegaron única y exclusivamente a la voluntad de Dios y NO a los caprichos de ningún hombre. A pesar de lo que usted pueda creer, Cristo NO fue católico romano. Él vino a darnos vida y debe de sentirse muy triste al saber que aún hoy en la actualidad todavía hay quienes lo siguen menospreciando pues hay quienes se esfuerzan para torcer o tergiversar sus palabras. Que Dios ilumine su caminar, mi hermano”.
Respuesta:
Mi estimado amigo y hermano protestante: igualmente le saludo cordialmente. Déjeme aclararle algunos puntos que usted menciona:
- Jesús dijo: “Mi doctrina no es mía sino de quien me envió” (Jn 7, 16), o sea, es de Dios. Jesús, al fundar su única Iglesia, depositó esa doctrina en SU Iglesia (Jn 17, 6-8). La única Iglesia que Cristo fundó es la Iglesia Católica: por lo tanto, la doctrina también es de la Iglesia Católica, ya que es la depositaria de esa doctrina (Mt 28, 19).
- La Iglesia no tuvo una Biblia sino hasta el año 382 cuando el canon de la Sagrada Escritura fue establecido en un concilio convocado por el papa san Dámaso I. Por lo tanto, la doctrina no está basada en un libro sino en la enseñanza de los Apóstoles, tanto oral como escrita.
“Así que, hermanos, estad firmes, y RETENED LA DOCTRINA QUE HABÉIS APRENDIDO, SEA POR PALABRA, O POR CARTA NUESTRA” (2 Tesalonicenses 2:15).
Los protestantes cometen un grave error al creer que la doctrina sólo se debe tomar de la Biblia cuando ni la misma Biblia enseña eso.
- Hay muchos documentos de los primeros tres siglos de la Iglesia donde están plasmadas las doctrinas que nuestra Iglesia enseña. Basta leer la Didaché (Enseñanza de los Doce apóstoles), la cual fue escrita antes del año 70, fecha en que fue destruido el templo de Jerusalén, casi al mismo tiempo que san Marcos escribiera su versión del Evangelio.
También la carta de San Justino Mártir al emperador romano Antonino Pío, donde explica con detalle cómo se celebraba el culto cristiano que hoy llamamos “Misa” (año 155 d. C.). También existe el texto de una de las oraciones más antiguas de los cristianos llamada “Sub tuum præsidium”, fechada en el año 250 d. C. Y esa oración comienza diciendo: “Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genetrix”, lo cual se traduce: “Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios”. Como usted podrá ver, las fechas son mucho antes que la Iglesia definiera el canon de las Sagradas Escrituras.
- En cuanto a que Cristo no fue “católico romano” tiene mucha razón. Él fue judío. Es más, él ni siquiera fue cristiano porque cristiano significa “seguidor de Cristo” y nadie puede seguirse a sí mismo. Lo que usted no logra entender es que Él fundó la Iglesia, la cual no se llama católica. La iglesia no tiene nombre. Católica no es un nombre, es un adjetivo y significa “universal”. Así que la Iglesia no se llama católica, la Iglesia ES CATÓLICA. Lo que significa que está abierta para todos, judíos y gentiles.
- Y sí, me siento muy triste al ver que muchos tuercen y tergiversan las palabras de Jesús. Da tristeza ver cuántas sectas, incluyendo la suya, han surgido por la interpretación arbitraria de las Sagradas Escrituras. Son miles y miles de sectas proclamando cada una tener la “sana doctrina” y rechazando a las demás. El divisionismo en el protestantismo es producto del capricho de hombres que interpretan la Biblia a su antojo, creando muchas doctrinas las cuales sí son realmente doctrinas de hombres.
Le agradezco su deseo de que Dios ilumine mi camino. Gracias a Él mi camino fue iluminado cuando Él me mostró su única Iglesia, la Iglesia que es católica y apostólica (algunos le llaman romana porque su sede está en Roma) y pude salir de la confusión doctrinal de la secta en la que estuve por veinte años.
Mi amigo y hermano: gracias porque también me llamó hermano ya que la mayoría de los protestantes no consideran hermanos a los católicos. Mi oración es para que usted también descubra lo que yo descubrí y pueda venir a la única Iglesia fundada por Cristo. Pero para eso necesita despojarse de todos los prejuicios que tiene, estudiar con un corazón y una mente abierta no sólo la doctrina católica, sino también la historia de la Iglesia, y ya verá cuántas sorpresas se llevará.
Estará en nuestras oraciones.