Una respuesta católica a los rumores apocalípticos en tiempos de Sede Vacante

Por el P. Jorge Luis Zarazúa Campa, FMAP

Introducción

En tiempos de incertidumbre, surgen toda clase de rumores: algunos son inofensivos, otros confusos, y algunos pueden poner en riesgo la fe de los sencillos. La muerte de un Papa siempre es un momento delicado, pero también una oportunidad para renovar la confianza en Cristo, el único Señor de la historia. Este artículo responde con claridad, serenidad y fundamento católico a los recientes rumores sobre un supuesto “papa negro” o la venida de un “papa anticristo”.

1. La Iglesia no se guía por rumores ni supersticiones

La Iglesia Católica se funda sobre la Palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura y transmitida por la Tradición viva. Aunque en la historia han existido revelaciones privadas que han ayudado a la espiritualidad de los fieles —como Lourdes, Fátima o Guadalupe— ninguna revelación privada puede ocupar el lugar de la Revelación pública.

El Catecismo de la Iglesia Católica lo afirma claramente:

“A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas ‘privadas’, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. (…) No pertenecen, sin embargo, al depósito de la fe.”
(CEC, 67)

Este principio protege a los fieles de caer en el sensacionalismo. En palabras de San Ireneo de Lyon, la Iglesia “ha recibido esta predicación y esta fe… y la guarda con sumo cuidado como si habitara una sola casa, y cree de igual manera como si tuviera una sola alma” (Adversus haereses, I,10,2). Esto nos da seguridad y unidad en la fe.

2. Nostradamus: entre la ambigüedad y la ficción

Michel de Nôtre-Dame, más conocido como Nostradamus, fue un médico y astrólogo francés del siglo XVI, cuyas profecías están redactadas en cuartetas crípticas, de interpretación tan ambigua que pueden adaptarse a casi cualquier evento histórico.

No forman parte de la fe cristiana, ni deben ser tomadas como orientación para el discernimiento espiritual. San Pablo advierte:

“No se dejen engañar por nadie, de ninguna manera.”
(2 Tesalonicenses 2,3)

Los santos Padres también fueron firmes al rechazar adivinaciones y falsas profecías. San Agustín, en La ciudad de Dios, advierte contra “los vanos oráculos y sueños profanos que apartan de la verdad revelada por Cristo”.

3. “Papa negro” y “papa anticristo”: errores persistentes

El apelativo “papa negro” ha sido utilizado de manera errónea y sensacionalista. Algunos lo asocian al color de piel, otros al hábito negro del Superior General de los jesuitas. Pero no existe ninguna base teológica ni revelación reconocida que lo asocie al fin del mundo.

Respecto a un supuesto “papa anticristo”, debemos recordar que el Papa, como Sucesor de Pedro, es elegido bajo la guía del Espíritu Santo. Si bien es humano y puede errar como cualquier cristiano, la promesa de Cristo a Pedro permanece firme:

“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.”
(Mateo 16,18)

Así lo reafirma el Concilio Vaticano I:

“En el ejercicio de su función pastoral suprema, el Romano Pontífice está dotado del carisma de la infalibilidad cuando define una doctrina de fe o de moral”
(Pastor Aeternus, cap. 4)

No puede ser al mismo tiempo cabeza de la Iglesia y anticristo. Esta idea es un oxímoron teológico.

4. Vivir este momento con fe, no con miedo

En vez de dejarnos llevar por el miedo, el Señor nos invita a vivir con esperanza, orando por el alma del Papa Francisco y por la elección del nuevo Pontífice. Es un tiempo para redescubrir la comunión de la Iglesia, no para dividirla con sospechas.

“No se inquieten por nada; más bien, presenten sus peticiones a Dios en toda oración y súplica con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”
(Filipenses 4,6-7)

San John Henry Newman, gran converso y cardenal, afirmaba:

“La Iglesia sobrevivirá a todos los ataques, porque no es obra de hombres, sino de Dios.”

5. Conclusión: La fe, no el temor, es nuestra brújula

La historia de la Iglesia ha estado llena de momentos difíciles: persecuciones, cismas, crisis internas. Pero nunca ha faltado la fidelidad de Cristo a su Esposa.

El próximo Papa será, como todos los anteriores, un hombre pecador llamado a ser pastor. Dios se vale de lo pequeño y frágil para realizar lo grande. Nuestra tarea es orar, confiar y permanecer fieles.

Como escribió San Cipriano de Cartago:

“No puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por madre.”
(De Catholicae Ecclesiae Unitate, 6)

¡No escuchemos voces que siembran miedo! Escuchemos la voz del Buen Pastor, que nos guía hacia la verdad plena.