Benedicto XVI alienta a los obispos de Panamá ante “el acoso de innumerables sectas”

FUENTE: Zenit

Benedicto XVI pidió el pasado 19 de septiembre a los obispos panameños, a quienes recibió en la residencia pontificia de Castel Gandolfo con motivo de la visita quinquenal «ad limina», que iluminen con los principios de la doctrina cristiana la situación que actualmente atraviesa este país caribeño, tal como informó la agencia Zenit. «En su país, como en otros lugares, se están viviendo momentos arduos», explicó Benedicto XVI, y añadió que por ello «reviste particular urgencia que la Iglesia en Panamá no deje de ofrecer luces que contribuyan a la solución de los acuciantes problemas humanos existentes, promoviendo un consenso moral de la sociedad sobre los valores fundamentales».

El obispo de Roma señaló en su discurso varios desafíos principales para la Iglesia católica panameña, y entre otros citó el fenómeno sectario. Éstas son las palabras del Papa: “la esperanza cristiana podrá iluminar al pueblo de Panamá, sediento de conocer la verdad sobre Dios y sobre el hombre en medio de fenómenos como la pobreza, la violencia juvenil, las carencias educativas, sanitarias y de vivienda, el acoso de innumerables sectas o la corrupción, que en diversa medida turban su vida e impiden su desarrollo integral”.

Benedicto XVI también afirmó que “la lectura de sus informes quinquenales y las conversaciones que hemos mantenido me han hecho ver cómo ustedes animan las iniciativas destinadas a sembrar generosamente la Palabra de Dios en el corazón de los panameños, para acompañarlos en el camino de su maduración en la fe, de modo que sean auténticos discípulos y misioneros de Jesucristo. En este sentido, ayudados por las líneas trazadas por la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida, están intensificando su quehacer pastoral”.

En el discurso hubo espacio para reconocer toda la tarea evangelizadora de los católicos panameños frente a la situación sociorreligiosa actual: “Es motivo de alegría la fecunda acción misionera de sacerdotes, religiosos y laicos, que contrasta la creciente secularización de la sociedad como una configuración del mundo y de la humanidad al margen de la trascendencia, que invade todos los aspectos de la vida diaria, desarrolla una mentalidad en la que Dios de hecho está ausente de la existencia y de la conciencia humana y se sirve a menudo de los medios de comunicación social para difundir el individualismo, el hedonismo e ideologías y costumbres que minan los fundamentos mismos del matrimonio, la familia y la moral cristiana. El discípulo de Cristo encuentra la fuerza para responder a estos desafíos en el conocimiento profundo y el amor sincero al Señor Jesús, en la meditación de la Sagrada Escritura, en la adecuada formación doctrinal y espiritual, en la plegaria constante, en la recepción frecuente del sacramento de la Reconciliación, en la participación consciente y activa en la Santa Misa y en la práctica de las obras de caridad y misericordia”.