Por el padre Jorge Luis Zarazúa Campa, FMAP
Algunas comunidades cristianas critican la oración repetitiva, argumentando que Jesús dijo:
“Al orar, no usen muchas palabras, como los paganos, que piensan que por su palabrería serán escuchados” (Mateo 6,7).
Sin embargo, ¿significa esto que repetir oraciones es incorrecto? Veamos lo que dice la Biblia y la tradición cristiana.
1. La repetición en la oración bíblica
Lejos de prohibir la oración repetitiva, la Escritura nos muestra que es una práctica común en la relación con Dios.
a) Los Salmos: Oración repetitiva inspirada por Dios
Los Salmos, que forman la oración oficial de Israel y de la Iglesia, incluyen estructuras repetitivas:
• El Salmo 136 repite en cada verso: “Porque es eterna su misericordia”.
• En Salmo 42,6.12 y 43,5, se repite la misma súplica: ”¿Por qué te abates, alma mía?”.
Jesús mismo oró con los Salmos en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Salmo 22,2; Mateo 27,46).
b) La oración repetitiva en el Nuevo Testamento
Jesús no condenó la repetición en la oración, sino la palabrería vacía de los paganos. De hecho:
• Jesús mismo oró repetidamente en Getsemaní: “Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz”, repitiendo la misma súplica tres veces (Mateo 26,39-44).
• Los ángeles alaban a Dios con repetición: “Santo, Santo, Santo es el Señor”, como se ve en Isaías 6,3 y Apocalipsis 4,8.
Si la repetición fuera mala, ¡hasta los ángeles estarían equivocados!
2. Las jaculatorias: Flechas de amor a Dios
Las jaculatorias son breves oraciones repetitivas, como el “Señor, ten piedad” (Kyrie Eleison) que se dice en la Misa.
Un ejemplo bíblico es el ciego Bartimeo, quien repetía sin cesar:
“Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí” (Marcos 10,47-48).
Lejos de rechazarlo, Jesús lo escuchó y le concedió la vista.
3. El Santo Rosario: Una oración bíblica y meditativa
El Rosario es una oración repetitiva, pero profundamente bíblica y contemplativa:
• El Padrenuestro lo enseñó Jesús (Mateo 6,9-13).
• El Avemaría está tomado de Lucas 1,28.42.
• Los misterios nos llevan a meditar la vida de Cristo.
San Juan Pablo II decía que el Rosario es como “dejarse formar por María en la escuela de Jesús”.
Conclusión
La oración repetitiva es una práctica plenamente bíblica. No se trata de decir palabras sin sentido, sino de rezar con el corazón. Si Jesús, los ángeles y los santos han orado así, nosotros también podemos hacerlo con confianza. ¡Que nuestra oración sea un eco de amor constante hacia Dios!