Al contacto con la Nueva Apologética, muchos católicos se insertan en la Comunidad cristiana, de la que han sido excluidos, no por culpa suya, sino por falta de una adecuada planeación pastoral que atienda afectiva y efectivamente a todos los bautizados.

Por Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap

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Piedra de toque

La opción por los pobres y excluidos es una opción que brota de la Sagrada Escritura y la acción de Jesús, los Apóstoles y la Iglesia primitiva. Es la piedra de toque del mesianismo de Jesús, que precisamente fue ungido para anunciar “la buena nueva a los pobres” (Cfr. Lc 4,18ss).

Se trata de una opción que, afortunadamente, tiene mucha actualidad en la vida de la Iglesia, sobre la que se reflexiona en busca de aplicaciones concretas.
Nosotros, los apóstoles de la Palabra hemos hecho de esta opción el eje fundamental de nuestra actividad misionera. Por eso dedicamos gran parte de nuestras energías y recursos a la Nueva Apologética, es decir, al fortalecimiento de la fe de los católicos, que viven actualmente una situación especial: el proselitismo sistemático de las sectas, mediante visitas domiciliarias, revistas, libros, folletos, programas radiofónicos y campañas evangelísticas.

Los alejados,
los pobres de hoy y de siempre

Hoy en día, muchos católicos están excluidos del banquete eucarístico, de la mesa de la Palabra y de una adecuada atención pastoral, a causa de grandes vacíos en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Son los que reciben en los documentos eclesiásticos el nombre de alejados, considerados una prioridad pastoral y que también son el destinatario específico de las sectas y los nuevos movimientos religiosos.

En este contexto y aprovechando la actividad proselitista de las sectas, que siembran un sinfín de dudas en el pueblo católico, los Apóstoles de la Palabra realizamos nuestra actividad evangelizadora, impartiendo cursos bíblicos, ofreciendo al católico los elementos necesarios para que no se deje confundir y capacitando a los agentes de pastoral para que puedan asesorar a los que tienen dudas.

La Nueva Apologética:
una buena noticia para los alejados

Pues bien, los Apóstoles de la Palabra estamos convencidos de que la Nueva Apologética es parte integrante de una auténtica evangelización. La Nueva Apologética también es una buena noticia, porque ayuda al católico a ser consciente de su pertenencia a la única Iglesia fundada por Jesús (Mt 16,18), considerada por San Pablo “el pilar y el fundamento de la verdad” (1Tim 3,15).
Gracias a la Nueva Apologética, el católico descubre que pertenece a aquella comunidad de discípulos de Jesús presidida por Pedro, reunida en torno a María y los Apóstoles, enriquecida con los dones y carismas del Espíritu Santo, que nos presenta el libro de los Hechos de los Apóstoles y todo el Nuevo Testamento.

Al contacto con la Nueva Apologética, muchos católicos se insertan en la comunidad cristiana, de la que han sido excluidos, no por culpa suya, sino por falta de una adecuada planeación pastoral que atienda afectiva y efectivamente a todos los bautizados.

Es decir, con la Nueva Apologética se revive lo que ocurría en tiempos de Jesús, cuando a raíz del encuentro con Él, los leprosos, prostitutas, publicanos y paralíticos se adherían nuevamente al pueblo de Dios, mediante la participación en el Templo y en el culto, que les era negada por la interpretación farisaica de Ley de Moisés.

Con inmensa alegría podemos decir también que mediante la Nueva Apologética los pobres aprenden a hablar y a hacer oír su voz en la comunidad eclesial, convirtiéndose no sólo en destinatarios, sino también en protagonistas de la Nueva Evangelización, mediante la activa participación en un apostolado de frontera (cuyos elementos fundamentales son las visitas domiciliarias y la difusión de la Biblia), viviendo plenamente su vocación laical, como hombres de Iglesia en el corazón del mundo y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia.