Reflexión a la luz de “Mater Populi Fidelis”
La Iglesia, madre y maestra, ha hablado con claridad. Con el documento Mater Populi Fidelis (Dicasterio para la Doctrina de la Fe, 4 de noviembre de 2025), se pone punto final a una de las discusiones más sensibles del último siglo mariano: el pretendido título de “Corredentora”.
No se niega la grandeza de María; al contrario, se la contempla en toda su verdad: como la humilde Sierva que, sin reclamar nada, lo ha recibido todo.
- Una palabra necesaria en tiempos de confusión
Ya el 24 de marzo de 2021, en la víspera de la Anunciación, el papa Francisco recordaba al Pueblo de Dios —meditando Hechos 1,12-14— que la oración cristiana es eficaz no por una mediación paralela a Cristo, sino por la Encarnación del Hijo y la acción del Espíritu Santo.
Y entonces pronunció aquellas palabras que marcaron el rumbo de la reflexión mariana posterior:
“Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres… No admite corredentores, ni siquiera María.”
La afirmación, lejos de disminuir a la Virgen María, la purifica de malentendidos. Porque su grandeza no consiste en competir con Cristo, sino en señalarlo.
Su “sí” no añade nada a la Redención, pero la hace plenamente partícipe: como madre, discípula y cooperadora subordinada en el misterio de la salvación.
- Lo que María necesitaría para ser corredentora (y no lo es)
El documento del Dicasterio recuerda con rigor lo evidente: para que la Virgen María fuese corredentora en sentido estricto, tendría que poseer atributos que no le corresponden.
- Ser Diosa.
Para redimir, es preciso poseer la divinidad, pues sólo Dios puede comprar con su Sangre el rescate de las almas. María no es Diosa, sino criatura redimida.
- Tener fundamento bíblico o patrístico.
En la Sagrada Escritura ni en los Padres de la Iglesia se encuentra el título de “Corredentora”. Sí aparecen otros: Theotokos (Madre de Dios), Panaghia (Toda Santa), Inmaculada, Asunta, Nueva Eva. Pero nunca “Corredentora”.
- Recibir tal privilegio de la Trinidad.
Cristo, el Hijo Unigénito, no compartió su ser Redentor con nadie, ni siquiera con su Madre Santísima. Su obra fue perfecta, suficiente y universal.
- Breve historia de un título ambiguo
El texto magisterial recuerda que el término Corredentrice surgió recién en el siglo XV como corrección piadosa al de “Redentora”, usado en himnos medievales. Su intención era devocional, no dogmática.
San Bernardo y otros autores expresaron con lenguaje afectivo la unión de María al sacrificio de Cristo, pero nunca en sentido igualitario.
El título se difundió durante los siglos XVI y XVII, desapareció en el XVIII, y sólo fue objeto de reflexión teológica intensa en el siglo XX. Algunos pontífices lo mencionaron, pero sin definirlo ni promoverlo oficialmente.
El Concilio Vaticano II, en Lumen gentium, deliberadamente evitó el término, por motivos dogmáticos, pastorales y ecuménicos, prefiriendo hablar de “colaboración subordinada” o “mediación participada”.
- La voz del cardenal Ratzinger: claridad en medio de la niebla
El entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, respondió en 1996 “negative” a la propuesta de definir como dogma la “corredención mariana”.
Su juicio fue lúcido y profético:
“La fórmula ‘Corredentora’ se aleja mucho del lenguaje de la Escritura y de la patrística; da lugar a malentendidos. Todo viene de Cristo. María es lo que es gracias a Él.”
No se trataba de restar valor a la cooperación de María, sino de proteger la absoluta centralidad del Hijo.
El cardenal Ratzinger veía el peligro pastoral de una terminología equívoca que, aunque bien intencionada, podía oscurecer la verdad esencial: Cristo es el único Redentor, fuente y culmen de toda gracia.
- Una verdad paulina: todo en Cristo, nada fuera de Él
Mater Populi Fidelis cita bellamente las cartas a los Efesios y a los Colosenses, donde se revela la plenitud de Cristo:
“Toda bendición espiritual nos es dada en Cristo” (Ef 1,3).
“Por su Sangre tenemos la redención” (Ef 1,7).
“Dios quiso que en Él habite toda la plenitud” (Col 1,19).
Estas afirmaciones excluyen cualquier mediación paralela. María está dentro del misterio de Cristo, no junto a Él como segunda fuente, sino en total dependencia y gracia. Su cooperación es real, pero participada, no constitutiva.
- La enseñanza pastoral del Papa Francisco
El Papa Francisco ha sido coherente en varias ocasiones:
“Nuestra Señora no quiso quitarle a Jesús ningún título. No pidió para sí ser una casi redentora. No. El Redentor es uno, y ese título no se divide.”
En su humildad perfecta, María renuncia a todo protagonismo y se deja eclipsar por la luz de su Hijo. Su grandeza está en desaparecer: ser la transparencia por donde pasa la gracia.
Ella no necesita títulos que no le corresponden; su corona es la obediencia, su trono es el Calvario, su cetro es el “hágase”.
- La auténtica gloria de María
Paradójicamente, la negación del título de “Corredentora” no disminuye la devoción mariana, sino que la purifica y la eleva.
María no es corredentora, porque su esplendor consiste en ser la esclava del Señor, la humilde servidora. Y esa esclavitud amorosa la convierte en Reina de cielos y tierra.
“Ha mirado la humildad de su sierva” (Lc 1,48).
La humildad de María es su teología más alta. En su silencio al pie de la Cruz, ella coopera sin pretender; ofrece sin reclamar; ama sin exigir. Y por eso, todo lo que Cristo logró en el Calvario, ella lo recibe en plenitud.
El documento lo sintetiza magistralmente:
“Llamarla corredentora no ayuda a exaltar a María, sino que puede oscurecer el papel exclusivo de Cristo. La verdadera honra a la Madre consiste en señalar a su Hijo.”
- Conclusión
No se trata de enfriar el amor a la Virgen, sino de amarla mejor, con verdad.
No necesitamos multiplicar títulos; basta el que Ella misma eligió:
“He aquí la esclava del Señor.”
El resto —las glorias, las coronas, las letanías— brotan de esa raíz.
Y si algunos hermanos nuestros se agitan o se escandalizan, recordemos:
María no pierde nada cuando Cristo lo gana todo.
Porque su gozo perfecto es éste: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5).







