21 de abril de 2025 —
El Papa Francisco, fallecido hoy en Roma, deja un legado magisterial que ha marcado profundamente el rumbo pastoral y misionero de la Iglesia en el siglo XXI. Su pontificado, que comenzó en marzo de 2013, se caracterizó por una cercanía a los pobres, una firme opción por la misericordia y una visión de la Iglesia “en salida”, como él mismo la definió. Parte esencial de este legado se recoge en sus escritos magisteriales: cuatro encíclicas, siete exhortaciones apostólicas y una abundante producción de cartas, motu proprios, discursos y catequesis.
Cuatro encíclicas, cuatro grandes caminos
1. Lumen fidei (2013): Encíclica iniciada por Benedicto XVI y concluida por el Papa Francisco, en la que se reflexiona sobre la fe como luz para el camino del hombre. El Papa Francisco profundiza en la dimensión eclesial de la fe, su relación con la verdad y la transmisión de la fe como acto de amor.
2. Laudato si’ (2015): Un hito en el magisterio social de la Iglesia. El Papa Francisco propone una ecología integral, que une el clamor de la tierra con el clamor de los pobres. La encíclica no solo abordó el cambio climático, sino también la necesidad de una conversión ecológica, que sane las relaciones entre Dios, el prójimo y la creación.
3. Fratelli tutti (2020): En medio de la pandemia, el Papa ofreció al mundo una reflexión profunda sobre la fraternidad universal y la amistad social. Inspirado en San Francisco de Asís, propone un modelo de humanidad donde el diálogo, el perdón y la solidaridad sean posibles incluso en un mundo herido por la indiferencia y los muros.
4. Dilexit nos (2024): Su última encíclica, publicada poco antes de su muerte, centrada en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. El Papa Francisco la presenta como fuente de consuelo, ternura y reparación. Un texto contemplativo que cierra su ciclo magisterial con un llamado a confiar en el amor de Cristo.
Siete exhortaciones apostólicas: el alma pastoral del Pontificado
1. Evangelii gaudium (2013): El documento programático de su pontificado. Un manifiesto de alegría evangelizadora que llama a reformar estructuras, salir al encuentro de los alejados y anunciar el Evangelio con entusiasmo misionero.
2. Amoris laetitia (2016): Resultado de dos sínodos sobre la familia. El Papa Francisco ofrece una mirada compasiva y realista a la vida matrimonial y familiar, subrayando la centralidad del amor, la paciencia pastoral y el acompañamiento a quienes viven situaciones complejas.
3. Gaudete et exsultate (2018): Sobre la llamada universal a la santidad, en clave cotidiana. El Papa recuerda que la santidad no es una meta inalcanzable, sino una vocación accesible a todos, vivida en lo ordinario y con alegría.
4. Christus vivit (2019): Un mensaje vibrante a los jóvenes, fruto del Sínodo de 2018. El Papa Francisco los anima a vivir con esperanza, a escuchar el llamado de Cristo y a construir una Iglesia joven, dinámica y abierta al mundo.
5. Querida Amazonia (2020): Exhortación postsinodal que recoge los sueños sociales, culturales, ecológicos y eclesiales para la región amazónica. Es una llamada a cuidar la creación, a respetar los pueblos indígenas y a renovar la presencia evangelizadora en la periferia del mundo.
6. Laudate Deum (2023): Documento que profundiza y actualiza la reflexión de Laudato si’. El Papa Francisco aborda el cambio climático con urgencia profética, insistiendo en la necesidad de acción política y responsabilidad personal ante la crisis ambiental.
7. C’est la confiance (2023): Escrita con motivo del 150.º aniversario del nacimiento de Santa Teresita del Niño Jesús. El Papa propone la confianza total en Dios como el corazón del camino espiritual, destacando la vía de la infancia espiritual como modelo de santidad.
Un Papa catequista y comunicador del Evangelio
Más allá de los grandes documentos, el Papa Francisco fue un pastor cercano en su forma de comunicar. Las audiencias generales de los miércoles fueron auténticas catequesis populares sobre temas como los sacramentos, la oración, la esperanza, el discernimiento y la vida familiar. Cada domingo, desde la ventana del Palacio Apostólico, ofrecía el Ángelus con palabras sencillas, profundas y cercanas.
En sus Cartas Apostólicas y motu proprios, reformó aspectos importantes de la vida eclesial: desde el papel de las mujeres en la Iglesia hasta la regulación de los ministerios laicales, el combate al abuso sexual y la transparencia económica en el Vaticano.
Un magisterio marcado por la misericordia
El Papa Francisco predicó una y otra vez que “el nombre de Dios es misericordia”. Su Año Santo Extraordinario en 2016 fue un signo fuerte de esta prioridad pastoral. La misericordia no fue para él una debilidad, sino una fuerza que transforma y salva. Su magisterio ha buscado una Iglesia que “cura heridas”, que abre puertas y que no teme salir a las periferias.
Hoy, con su partida, la Iglesia no solo despide a un pontífice, sino a un testigo del Evangelio que supo enseñar con palabras y gestos que Dios no se cansa de perdonar, y que todos somos hermanos.