MÉXICO (Milamex/ACPress.net). Alberto Iturbe falleció a muy temprana edad, con sólo 38 años. La familia doliente tuvo que añadir a los penosos momentos que pasaba el rechazo de ver que se le negaba el entierro.
La negativa se justificó con la nueva ley local llamada de "usos y costumbres", que no permite la sepultura en tierra cuando el difunto es de una religión no-católica.
Alberto Iturbe pertenecía a la Iglesia evangélica Ríos de Agua Viva. Y aunque vivía en la zona de la gran ciudad de Puebla, todas las solicitudes de la familia fueron negadas y después de 36 horas sin lograr los permisos requeridos, fue necesario incinerar el cuerpo.
El deceso ocurrió el 25 de mayo, aunque la difusión de los hechos se ha producido durante este verano pasado. La familia solicitó primero al presidente municipal auxiliar que permitiera el entierro, después al sacerdote católico y finalmente a los fiscales de la junta auxiliar de la colonia de La Resurrección. Todos negaron autorizar el entierro, basándose en la nueva ley de "usos y costumbres".
El pastor de la Iglesia donde asiste la familia Iturbe es David Brito Sánchez, tesorero de la Alianza de pastores evangélicos de Puebla. El pidió ayuda al pastor José Moreno Rodríguez, enlace con el gobierno del Estado de parte de la Alianza. Lo único que han podido lograr, es que las autoridades recomienden trabajar a favor de una reforma a la ley.
Mientras tanto, ya es tarde para la familia Iturbe. Y eso, según comentó la profesora Margarita Hord de Méndez, "¡en pleno Siglo XXI a poca distancia de la capital de México!"
Fuente: Milamex. Redacción: ACPress.net
Es verdaderamente absurda la prohibición de ese entierro. Esta es una de tantas razones por las que la Iglesia Católica es tan criticada y atacada, pues en este tipo de situaciones parece como si todavía vivieramos en la edad media, donde el catolicismo era lo predominante. Es necesario que haya cambios en la Iglesia o de lo contrario corremos el riesgo de seguir perdiendo más católicos.
A la familia de Alberto Iturbide, espero que por lo menos le den una disculpa por esta penosa acción.
Y al sacerdote de la colonia Resurrección le digo: -¡Qué rayos pasa contigo! No se supone que tú debes ser el ejemplo de la caridad? O cambias o te mueres.