aguasUn comentario al más reciente libro del padre Amatulli

«Éxodo: Hacia una nueva tierra. La Iglesia en momentos de crisis»

 

Estimado P. Amatulli:

Muchos esperan con entusiasmo cada una de sus publicaciones, pues en ellas encuentran plasmada parte de su historia. Otros ven en cada obra suya una confirmación de que han sembrado en el mar, puesto que lo que han realizado y defendido durante tantos años, ahora se está desmoronando. Otros manifiestan que usted es un iluso y que todas sus obras carecen del respaldo de los grandes pastoralistas y, por lo tanto, no tienen rigor científico; son buenas creaciones literarias pero están muy distantes de la realidad y del sentir de la jerarquía eclesiástica.

Me pregunto: las obras que usted ha escrito, ¿carecen de rigor científico? Si por rigor científico entendemos un cúmulo de citas al pie de página, con el respaldo de la abundante bibliografía de los más grandes teólogos y pastoralistas contemporáneos, posiblemente tienen razón sus detractores.

Sin embargo, muchos obispos coinciden con usted en distintos aspectos de su análisis de la realidad eclesial. Entre ellos se cuenta su excelencia Mons. Rino Fisichella, quien le agradece ampliamente por la gran labor que usted ha hecho en el campo de la evangelización en América Latina, compartiendo sus inquietudes y planteamientos e invitándole a seguir contribuyendo a través del Observatorio de nueva evangelización para América Latina, creado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, del cual Monseñor Fisichella es presidente.

 

Objetividad, no ilusión

Si se habla de objetividad, confiabilidad y consistencia en sus afirmaciones entonces sí que tienen rigor científico y eso nadie puede negarlo. No se puede tapar el sol con un dedo, como bien dice el adagio latino: Contra factum non valet argumentum (Contra los hechos, no hay argumento que valga).

Muchos buscan todo tipo de argumentos para no aceptar la realidad que vive el pueblo católico. Maquillando la realidad eclesial, buscan calmar el reproche de la propia conciencia. Usted está dejando huella y está sacando a relucir las vivencias de muchas personas. Creo firmemente que lo que ha escrito no son metáforas o ilusiones que nacen de una mente enfermiza; más bien es fruto de su experiencia personal y el contacto constante con el pueblo católico.

La última obra que ha escrito, “Éxodo: Hacia una nueva tierra”, es tan certera que a veces me pregunto si le habrán contado la historia de determinadas personas que conozco. De hecho, al compartir el contenido de esta misma obra con otros hermanos, manifiestan que experimentaron la misma sensación. La objetividad de sus obras parte de la realidad, no parte de detrás de un escritorio ni de una imaginación desbordante.

Los temas que afronta en este libro serán un aliciente para muchas personas que durante mucho tiempo han vivido en una situación de sumisión e, incluso, cuando sus derechos son pisoteados, no les queda más que aceptar la voluntad autoritaria de sus pastores.

Gracias, padre Amatulli, por entrelazar tantas experiencias que ha escuchado y que ha visto. Con su sabiduría y su capacidad literaria nos da obras tan gratas que entusiasman y motivan a luchar por la Iglesia fundada por Cristo.

 

¿Martín Lutero

o Erasmo de Rotterdam?

Muchos dicen que usted será el nuevo Lutero; otros vemos en usted a un padre apologista. Nadie defiende lo que no ama y usted ha defendido y sigue defendiendo la Iglesia, y puedo afirmar que todo lo que usted hace es por amor a Cristo y a su Iglesia. No obstante, el amor a la Iglesia no excluye el profetismo, sino que lo exige. Usted es un profeta y denuncia las injusticias dentro de la misma Iglesia. Más que compararlo con Lutero, diría que usted es un Erasmo de Rotterdam, pues con sus escritos elegantes y agudos, trata de mover las aguas estancadas, como usted lo ha expresado, para suscitar una reforma al interior de la Iglesia.

 

P. Jaime José Menchú Chutá, fmap

p.jaimefmap@hotmail.com