-Biblia para todos y Biblia para todo-
Para lograr una verdadera puesta al día en la Iglesia, en plena consonancia con el plan de Dios, antes que nada es necesario poner la Biblia (vista a la luz de la Tradición y el Magisterio de la Iglesia) en primer lugar, como principal fuente de inspiración en todo el quehacer eclesial: Biblia para la religiosidad popular, Biblia para la catequesis, Biblia para fortalecer la propia fe ante el fenómeno del proselitismo religioso, Biblia para la liturgia y Biblia para la propia vida espiritual; Biblia para niños y adultos, para simples feligreses, almas consagradas y pastores de almas.
Una verdadera revolución en el campo eclesial: todo con la Biblia y nada sin la Biblia. Que todo católico logre hacer de la Biblia su libro de cabecera, poniendo en segundo lugar todo lo demás (me refiero de una manera especial a las revelaciones privadas y las devociones particulares). P. Flaviano Amatulli Valente, FMAP.