Por la hermana Magdalena Gamboa Pacheco, smap,
con la colaboración del P. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap.

Nuestro logotipo o escudo surgió en un concurso que padre Amatulli organizó entre los Misioneros “Apóstoles de la Palabra” en 1988. El equipo ganador del concurso fue el equipo coordinado por la hermana Magdalena Gamboa Pacheco y ella nos ha colaborado para realizar esta descripción del origen y el significado de los elementos que lo conforman. Agradecemos a la hermana Magda por estos aportes tan significativo, tanto el logotipo como su descripción, teniendo presente la inspiración original.
Breve historia
El logotipo de los Misioneros Apóstoles de la Palabra surgió el 20 de agosto de 1988, en el X Aniversario de la fundación del Movimiento Eclesial “Apóstoles de la Palabra”, en cuyo marco se realizó la consagración de las primeras hermanas de la Sociedad Misionera “Apóstoles de la Palabra”, las hermanas Magdalena Gamboa Pacheco, Ana Silvia Ortega Ortega y Julia Valencia Márquez, que por ello son nuestras Hermanas Mayores. En el diseño del logotipo también colaboró el ahora sacerdote Federico Castro Díaz, exapóstol de la Palabra.
Nombre: Nos llamamos Apóstoles de la Palabra. Este es el nombre elegido por nuestro padre fundador para indicar que hemos sido enviados (apóstol = enviado) con la Palabra para anunciar la Palabra de Dios (Mc 16, 15; Ef 6, 17).
Color azul: Representa nuestra devoción a la Santísima Virgen María (Lc 1, 41-45; Lc 1, 48; Jn 19, 25-27) y simboliza también nuestro celo apostólico, el celo por el anuncio del Evangelio (1Cor 9, 16; 2Tim 4, 1-2).
Color rojo: Son 5 lenguas de fuego de Pentecostés (Hch 2, 3; Hch 1, 8), divididas por líneas blancas, que simbolizan la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia y en nuestra Familia Misionera; y representan, al mismo tiempo, los cinco continentes: América, Europa, África, Asia y Oceanía.
El P. Amatulli hablaba de que debemos realizar la misión en los cinco continentes (Mc 16, 15; Mt 28, 18-20; Hch 1, 8) y hablaba también del martirio y la persecución (Mt 5, 11-12; Lc 22, 33). Decía que los Apóstoles de la Palabra tenemos que salir a misión en los cinco continentes y señalaba que en el futuro tendremos mártires. Él mismo anhelaba el martirio y nos invitaba a tener esta misma disponibilidad al martirio, como buenos discípulos de Cristo (Mc 8, 34-36; Jn 12, 23-24; Ap 13, 10).
Color amarillo: Es el color de la Santa Sede, pues es uno de los colores presentes en la bandera de la Ciudad del Vaticano. Simboliza nuestra fidelidad a la Iglesia, representada en nuestra comunión con el Papa, Sucesor de Pedro (Mt 16, 18-19; Lc 22, 31-32; Jn 21, 15-17; Gál 1, 18; 2, 9), y con la Jerarquía de la Iglesia. Los Apóstoles de la Palabra tenemos que trabajar siempre en unidad con la Iglesia, pues la Iglesia es nuestra madre (Gál 4, 26) y es columna y fundamento de la verdad (1Tim 3, 15).
Cruz en color negro: Representa “la conversión que lleva a la vida”, a la que estamos llamados cada uno de los apóstoles de la Palabra (Mc 1, 15; Mt 3, 8; Hch 11, 18) y nuestro encuentro con Dios por medio de su Palabra en la Sagrada Escritura (1Tes 2, 13). Cristo vino a iluminar nuestra vida (Jn 8, 12; 9, 5; 12, 46), vino a traernos la salvación (Mt 1, 21). Él murió por nuestros pecados (Rm 4, 25; 1Cor 15, 3; Gál 1, 4; 2, 20). Cristo venció la muerte (1Cor 15, 54-55; Rm 6, 9; 2Tim 2, 10) y nos dio la luz (Ef 5, 8; 2Cor 4, 6). Vino el Espíritu Santo a iluminar nuestra mente por medio del anuncio de la Palabra de Dios y por medio de nuestro Padre Fundador.
La Paloma: Símbolo del Espíritu Santo y Presencia de la Santísima Trinidad en medio de la comunidad (Mc 1, 8-10; Mt 3, 16-17; Lc 3, 21-22). El Espíritu Santo, de quien cada uno es un templo, un santuario vivo (Cfr. 1Cor 3, 16-17; 6, 19), es el protagonista de la misión (Hch 1, 8; Mt 10, 20).
El libro al centro del logotipo: Es la Sagrada Escritura, las Sagradas Letras, como las llama San Pablo (2Tim 3, 15-16). Como está al centro, nos recuerda también nuestro carisma, la primacía de la Palabra de Dios (prima Scriptura).
La mano que recibe la Sagrada Escritura: Es la mano derecha del Padre Amatulli, nuestro amado fundador, que está recibiendo del Padre Celestial la Palabra de Dios y la inspiración del carisma del Apóstol de la Palabra: la Primacía de la Palabra (Cfr. 1Cor 12, 7; Lc 24, 32). Nuestro padre fundador se identificó mucho con la figura del sembrador que siembra la semilla de la Palabra de Dios; por eso recibe la semilla de la Palabra de Dios para esparcirla (Mt 13, 3-9; Mc 4, 14).
Las dos manos: Representan a los Apóstoles de la Palabra, que reciben la Palabra de Dios y el carisma transmitido por mediación del padre Amatulli (1Cor 3, 6-9) para, a su vez, llevar la Palabra de Dios a los lugares y ambientes más necesitados (Mt 10, 6-8).
La expresión “Una familia misionera al servicio de la Iglesia Católica”. Se refiere a los tres organismos que la conforman: el Movimiento Eclesial, la Sociedad Misionera y la Fraternidad Misionera. Somos una sola familia misionera, con un mismo carisma, una misma misión, una misma espiritualidad, un mismo método de trabajo y un solo fundador.
Hay cuatro variantes de este logotipo: Uno para toda la Familia Misionera “Apóstoles de la Palabra”, otro para el Movimiento Eclesial, otro para la Sociedad Misionera y, finalmente, otro para la Fraternidad Misionera. Bajo la supervisión y el auspicio del padre Amatulli se ha actualizado el logotipo, en fidelidad creativa al diseño original, para que no existan otras variantes, en orden a cuidar nuestra imagen institucional.






