La Renovación carismática y las sectas

Antes que nada, es necesario aclarar la propia identidad católica. De otra manera, a la primera dificultad todo se derrumba, Carisma e institución, experiencia y razón, testimonio y verdad: un equilibrio difícil para los «renovados», un verdadero reto.

Revdo. P. Amatulli:
Soy católico de hueso colorado, pero tal vez un poco a la antigüita.
De todos modos, quiero que me oriente acerca del problema de la Renovación Carismática, por lo menos como se lleva aquí en Los Angeles, CA. Se parece muchísimo a los pentecostales: gritan, levantan las manos, algunos hasta se desmayan, piden dinero a la gente de una manera exagerada, etc.
Conozco gente que pertenecía a este Movimiento y después se salió de la Iglesia Católica. Dicen que están llenos del Espíritu Santo y miran a los demás como sí fueran unos paganos. ¿Cómo es posible que uno esté lleno del Espíritu Santo y deje la Iglesia que fundó Cristo para juntarse con una secta y decir pestes contra el Papa, la Misa, la Confesión y la Virgen?
Hay líderes que se han hecho muy ricos mediante la predicación, igual que los pentecostales que salen en la televisión. Todo esto me parece muy extraño. En todo esto veo gato encerrado. Algo huele mal.
No sé si depende de mí mentalidad un poco a la antigüita, pero sinceramente tengo la impresión de que en la Renovación Carismática algo anda mal.
¿Me puede orientar al respecto?

Luis Alfredo Montiel A.
Los Angeles, CA, E.U.A.

Un problema real
No es el único que me escribe en estos términos; son muchos los que se sienten confundidos con relación al Movimiento de Renovación Carismática en el Espíritu Santo. Es que realmente hay cosas que no dejan de preocupar seriamente al católico de la calle, sin mucha preparación en campo teológico, pero al mismo tiempo con un cierto sentido de la realidad de la fe. Por un lado, oración, predicación, dones del Espíritu Santo, etc., y por el otro, mucho amor al dinero, especialmente en ciertos líderes muy famosos, clérigos o laicos.
Otro punto que llama la atención, es su gran parecido con el pentecostalismo protestante con un éxodo constante de «renovados» o «carismáticos» hacia las sectas del tipo pentecostal. Además, no falta el caso de nuevas sectas que tienen como fundadores a gente que salió de la Renovación, como en el caso de Vino Nuevo, Amistad Cristiana, Tierra Prometida, etc.

Prioridad de la Palomita
Según mi opinión, ¿dónde está la raíz de todo esto? En subrayar demasiado los dones del Espíritu Santo, sin aclarar el tema de la Iglesia. Por eso, cuando surge algún problema o uno descubre que en una secta hay algo que le gusta más, fácilmente se aleja de la Iglesia y se pasa a la secta. Hay personas que se sienten muy identificadas con la «palomita», como dicen ellas, como si la «palomita» (Espíritu Santo) fuera el símbolo de una Iglesia especial, a la cual pertenecieran indiferentemente católicos y no católicos.
¿Qué hay que hacer, entonces? Antes que nada, aclarar la identidad católica, subrayando los fundamentos de la Iglesia Católica (la única que viene desde Cristo y que cuenta con la plenitud del Evangelio y los medios de salvación) y el deseo de Cristo de que todos sus discípulos estén unidos (Jn 17, 21) bajo la guía de Pedro y los apóstoles con sus sucesores (Mt 16,18; In 21, 15 17).
Si uno entiende esto, difícilmente deja la Iglesia que Cristo fundó para meterse en una secta o se atreve a fundar una iglesia propia, rechazando la que Cristo fundó.

Problema de liderazgo
En la Renovación Carismática, como en el pentecostalismo protestante, al subrayar la primacía del Espíritu Santo con sus dones, se da rienda suelta a los carismas con una característica de espontaneidad, iniciativa y fervor, que representan el mejor caldo de cultivo para que surjan líderes.
Pues bien, al no encontrar un espacio suficiente de desarrollo en las instituciones ya existentes, muchos se apartan y fundan otras organizaciones en las cuales pueden realizarse plenamente, poniendo a fruto sus dotes de liderazgo. Por eso, en el campo del pentecostalismo protestante y la Renovación Carismática en el Espíritu Santo se da este fenómeno de un fuerte ¡¡derazgo dentro de la misma institución que tiende a romper con la misma y a dar origen a otras parecidas.

Una mina de espiritualidad a nivel popular
De todos modos, no obstante todos los defectos que se le puedan achacar, el Movimiento de Renovación Carismática en el Espíritu Santo representa en la iglesia una verdadera mina de espiritualidad a nivel popular.
En realidad, en el Movimiento de Renovación hasta la gente más sencilla tiene la oportunidad de un encuentro personal con Cristo, en un clima de sinceridad y espontaneidad, logrando una verdadera experiencia de Dios.
Toda la Iglesia le debe mucho al Movimiento de Renovación en el Espíritu Santo: vocaciones a los más variados ministerios, oración, apostolado, deseo de alcanzar la santidad, etc.
Que hay fallas, las hay ciertamente, como pasa en todo lo que tiene que ver con la debilidad del hombre, ojalá que los responsables tengan el valor de analizar la situación con mente serena y aportar los cambios necesarios para que se vuelva cada día más «católica», conjugando oportunamente la experiencia con la razón y el testimonio con la verdad, en un apego incondicional a Cristo y su Iglesia.

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