MISIONES POPULARES
Vaya por todo el mundo
y prediquen mi evangelio a toda criatura (Mc 16, 15).
1.- Urgencia
Las Misiones Populares representan una respuesta más a la conciencia que la Iglesia está tomando acerca de su compromiso misionero, teniendo en cuenta de una manera especial el peligro en que viven las grandes masas populares, en busca de sentido a la vida, alejadas de las fuentes de la fe y acosadas por un sinfín de propuestas religiosas o pseudoreligiosas.
2.- Finalidad
Dar inicio a un proceso de evangelización de las masas populares, mediante un contacto con toda la realidad parroquial y la puesta en marcha de una serie de iniciativas que lleven a movilizar todas las fuerzas vivas de la parroquia en función de la misión.
Se trata en el fondo de ayudar a la comunidad parroquial a tomar conciencia de su compromiso misionero y a dar pasos en este sentido. No se trata de algo que empieza y se concluye con la misión popular. Se trata más bien de un nuevo estilo de Iglesia, una Iglesia en estado de misión permanente.
3.- Fundamento bíblico
– Los setenta y dos discípulos (Lc 10, 1-20).
Aparte de los doce apóstoles, Jesús escogió a 72 discípulos para realizar alguna misión por un tiempo determinado, confiriéndoles grandes poderes en orden a su realización.
– Fuera de su ambiente.
En realidad, “ningún profeta es aceptado en su patria” (Lc 4, 24). Al tratarse de gente desconocida, resulta más fácil fijarse en el contenido del anuncio, dejando a un lado los aspectos más personales, que pueden empañar o contradecir el papel del enviado de Dios.
4.- Misioneros.
Gente con experiencia apostólica, que cuente con una cierta preparación en el campo bíblico y apologético. Esto es fundamental para evitar el peligro que se confunda y deprima frente a las quejas de los católicos resentidos o a los cuestionamientos de los grupos proselitistas.
Al mismo tiempo, es oportuno que cada misionero capacitado sea acompañado por otro principiante, para que vaya aprendiendo. Normalmente éste tiene que pertenecer al lugar en que se realiza la misión.
5.- Visitas domiciliarias.
Mediante un diálogo personal, se mira a despertar la fe en los alejados. Se aprovecha para aclarar eventuales dudas y orientar hacia un encuentro personal con Dios mediante la oración. Para este primer contacto con la gente alejada, es muy importante saber escuchar.
Cuando alguien muestra cierto interés por lo espiritual, hay que sugerirle cómo dar pasos en su camino hacia Dios, participando en alguna actividad de la parroquia, injertándose en algún grupo apostólico o recibiendo alguna orientación en su mismo domicilio de parte de los agentes de pastoral, que van a dar seguimiento a la misión.
6- Charlas.
Según el caso, pueden ser de conversión, tipo ejercicios espirituales en que se recalca el kerigma, o de enseñanza, por ejemplo, un breve curso bíblico. Pueden darse para todos en el mismo lugar o por grupos: adolescentes, jóvenes y adultos.
7.- Convivencia.
Es lo más atractivo de la misión popular actual. Se trata de motivar hacia un nuevo tipo de vida mediante el teatro, la declamación, el testimonio y distintos tipos de dinámicas. Así se afianza lo dicho en las charlas, en un contesto de espontaneidad y alegría, lo que corresponde al espíritu católico, que es esencialmente festivo.
8.- Misioneros parroquiales.
A raíz de una misión popular, van surgiendo los misioneros parroquiales, destinados a dar continuidad a la misión. De ahora en adelante, hay que atender a dichos misioneros que cada día más se van preparando a tomar la batuta en la realización de este tipo de misión en la misma parroquia y en las parroquias vecinas, involucrando poco a poco a todas las fuerzas viva de la comunidad.
NOTA:
Todos los interesados pueden ponerse en contacto con los Apóstoles de la Palabra, presentes en la región, para echar andar el programa de Misiones Populares.