Pasión por la unidad entre los discípulos de Cristo
Presentación al libro “Apologética y Ecumenismo. Dos caras de la misma medalla”, del P. Flaviano Amatulli Valente, fmap
Dos libros de palpitante actualidad
En 1998, hace ya dieciséis años, el padre Amatulli publicó el folleto «Apologética y Ecumenismo: dos caras de la misma medalla». Por su parte, en 2001, hace ya trece años, publicó el folleto «El Proselitismo Religioso. La nota dominante en América Latina».
Se trata de dos libros fundamentales para entender el complejo mundo del proselitismo religioso, su génesis, sus motivaciones y los porqués de su avance, al parecer incontenible, particularmente en América Latina.
Los artículos que los conforman no han perdido ni un ápice de actualidad y siguen aportando luces para continuar afrontando los desafíos que nos presentan la diversidad religiosa y el audaz proselitismo de distintas agrupaciones de impronta protestante y orientalista.
He aquí algunos datos, que nos pueden ayudar a tener una cierta idea acerca de la situación en que nos encontramos en América Latina con relación al fenómeno del proselitismo religioso: Guatemala = 50% no católicos, Nicaragua = 43%, Brasil = 36%, El Salvador = 35% y los demás países del 15 al 30%.
Con relación a México, la situación es la siguiente: El 83% de la población se declara católica, lo que indica un avance significativo de los grupos proselitistas, especialmente de la línea pentecostal, que tiene una membresía de más de 4.5 millones de personas. Los testigos de Jehová, por su parte, rebasan el millón de adeptos, seguidos de los mormones y los adventistas del séptimo día. Un fenómeno preocupante lo constituye el de aquellos que se declaran sin religión, que rebasa los 3 millones de mexicanos.
Como puede verse, en América Latina continúa dándose el éxodo de católicos hacia las más variadas propuestas religiosas y en la Iglesia católica se sigue trabajando como si los grupos proselitistas no existieran.
En estos pequeños folletos, que ahora se fusionan en el presente libro, el padre Amatulli nos proporciona los elementos necesarios para comprender y afrontar el problema del proselitismo religioso y el éxodo de católicos hacia las más variadas expresiones religiosas.
Pasión por la unidad
En este libro se habla de Apologética y Ecumenismo, dos temas que han preocupado sensiblemente al P. Amatulli. En efecto, hablando de Apologética, desde la perspectiva del P. Amatulli, podemos denominarla Unitatis preservatio, esto es, la lucha por la preservación de la unidad al interior de la Iglesia, fortaleciendo la fe de los católicos, dándole los elementos para conocer los fundamentos de la fe católica y la respuesta, eminentemente bíblica, a los cuestionamientos y ataques que vienen de los grupos proselitistas.
Pero el padre Amatulli también nos proporciona los elementos para un sano ecumenismo, que no es otra tarea que la de promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos (Unitatis redintegratio). Nos previene de los riesgos de practicar un ecumenismo ingenuo, como a menudo ha sucedido en la praxis ecuménica en México y América Latina, con altos costos para la Iglesia.
Como lo dice el Autor: “En el fondo, se trata del problema de la unidad: una unidad que hay que preservar (apologética) y una unidad que hay que restablecer (ecumenismo). La apologética se dirige esencialmente hacia los que están dentro de la Iglesia, para que se sientan seguros de lo que profesan y no se salgan; mientras el ecumenismo se dirige esencialmente hacia los que están fuera, para que entren en un proceso de búsqueda de la unidad (Jn 17,21)”.
Es la pasión por la unidad entre los discípulos de Cristo que existe en el ministerio sacerdotal, en la praxis pastoral y en la reflexión teológica del padre Amatulli. Esta preocupación por la unidad se da en sus distintos niveles, ad intra, pero también ad extra.
Por eso el padre Amatulli nos previene contra los peligros del espíritu sectario al interior de la Iglesia y de los riesgos a causa de los liderazgos mal entendidos. Su propuesta es la de san Pablo: hacer realidad la doctrina paulina de la Iglesia como Cuerpo místico de Cristo, como se nos describe en 1Cor 12.
Además, el Autor nos presenta las implicaciones más drásticas de la división religiosa entre los cristianos: se debilita notablemente el signo del mesianismo de Jesús, el Enviado del Padre: “Así el mundo creerá que tú me has enviado” (Jn 17, 21b).
La pasión por la unidad que hay en el corazón y la mente del padre Amatulli tiene hondas raíces bíblicas y patrísticas. La unidad es el gran sueño de Jesús, que quiere que sus discípulos sean uno. Ese fue el contenido de la oración de Jesús en Getsemaní: que quienes creemos en Él a lo largo de la historia estemos unidos: «Así toda la Iglesia aparece como el pueblo unido “por la unidad del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”» (LG 4; cf. San Cipriano de Cartago, De dominica Oratione, 23).
Agua y aceite
Sin duda, hay personas que piensan que la Apologética y el Ecumenismo son incompatibles, como el agua y el aceite, que se excluyen mutuamente. Sin embargo, el P. Amatulli nos dice que se trata de tareas complementarias, precisamente como dos caras de la misma medalla.
Uno de los grandes méritos del P. Amatulli es que nos proporciona los elementos para distinguir en qué condiciones se debe practicar el ecumenismo y en qué situaciones es mejor optar por la apologética: donde hay proselitismo, apologética; donde se acepta el diálogo, ecumenismo.
El libro está estructurado en tres partes, que describimos brevemente a continuación.
Proselitismo religioso
En la primera parte, titulada Proselitismo religioso, se presenta el proselitismo religioso como la característica fundamental del éxodo de católicos en América Latina. Esto nos muestra que el cambio religioso no se debe meramente a una búsqueda personal sino a una mutación inducida mediante hábiles estrategias proselitistas.
Al mismo tiempo, cierto desfase cultural impide a la Iglesia afrontar con éxito el fenómeno del pluralismo religioso. De hecho, los grupos proselitistas avanzan por su manera de enfrentar el problema de la evangelización, que es esencialmente empresarial.
En este contexto, el P. Amatulli sugiere que debe darse inicio a un nuevo tipo de pastoral, hecho de investigación, planeación y un adecuado manejo de los recursos humanos y económicos, que le permita a cada católico conocer el Evangelio, tener una auténtica experiencia de Dios y que esté capacitado para dar razón de su esperanza (cfr. 1Pe 3, 15).
Causas
La segunda parte examina las causas de que el proselitismo religioso avance inconteniblemente. Pues bien, una clave que explica el avance de los grupos proselitistas es que se comportan como verdaderas empresas religiosas, modificando el concepto mismo de religión, considerándola como un “negocio” cualquiera, una empresa de tipo comercial, hecha de demanda y oferta, mercadotecnia y búsqueda del “lucro” como elemento determinante.
En esta segunda parte, también se nos presenta la estrategia militar que están utilizando los evangélicos para la conquista del mundo católico, utilizando abundantemente los medios de comunicación (fuerza aérea), las campañas evangelísticas y otros eventos masivos (artillería) y el contacto personal de los evangélicos en las visitas domiciliarias y la escuela, el ocio y el trabajo (infantería).
Pues bien, frente a esta situación, ¿qué hacen muchos pastores irresponsables? Hablan de paz, diálogo, misión compartida, sin ninguna consideración por el católico de la calle, agredido y confundido por los grupos proselitistas.
Además, se explora las causas más profundas por parte de la Iglesia católica, un trinomio que debemos combatir tenazmente: clericalismo, abandono pastoral e ignorancia religiosa.
Iniciativas prácticas
La tercera parte nos ofrece los elementos para afrontar el desafío pastoral del proselitismo religioso y el éxodo de católicos hacia las sectas. Inicia aclarando los principios de una sana apologética y un sano ecumenismo, para afrontar el problema de la unidad. Posteriormente, nos ofrece dos propuestas concretas: el Plan Despertar y el Plan Mínimo para hacer frente al problema de las Sectas y la Nueva Religiosidad.
El Plan Despertar es una respuesta al Programa Amanecer, que consiste en un conjunto de estrategias para la conquista evangélica (protestante) del mundo entero, teniendo como meta levantar una capilla por cada barrio, colonia aldea o pueblito. El Plan Despertar ofrece algo parecido, pero desde la perspectiva católica. Es el Plan que orienta la implantación del Movimiento Eclesial Apóstoles de la Palabra en los países más afectados por el proselitismo sistemático de los grupos no católicos.
El Plan Mínimo, como lo indica su nombre, parte de la convicción de que no es necesario pensar en grandes estrategias con un enorme despliegue de medios económicos, para afrontar el fenómeno del éxodo de católicos hacia las sectas.
La intuición fundamental es la siguiente: El católico tiene que ser ayudado a sentirse seguro en su Iglesia, capaz de dialogar con todos y, al mismo tiempo, resistir frente a cualquier intento de manipulación de parte de los grupos proselitistas. Esto implica un conocimiento sólido de la Biblia y el recurso a una sana apologética.
Al mismo tiempo, se hace necesario un ministerio especial en cada parroquia que afronte esta problemática, fortaleciendo la fe de los católicos con las más variadas estrategias. Este ministerio tendría dos objetivos: alimentar y fundamentar bíblicamente la fe del católico (Pastoral Bíblica) y preservarla de posibles desviaciones (Sectas y Nueva Religiosidad).
Esta tercera parte concluye presentándonos las actitudes del católico hacia los que tienen otras creencias, a la luz de las directrices del Concilio Vaticano II.
Una larga experiencia
En un apéndice muy oportuno se nos presenta el método de trabajo de los Misioneros “Apóstoles de la Palabra” (Apéndice 1), con un itinerario adecuado para afrontar el fenómeno de la nueva religiosidad.
Se inicia aclarando las dudas sembradas por el proselitismo sistemático de las sectas; se continúa ofreciendo al católico un panorama bíblico, que le permite un contacto personal con la Biblia, que se lee abundantemente, suscitando así un amor entrañable a la Sagrada Escritura. Viene después la etapa del compromiso para meter de lleno al católico en la vida de la Iglesia, viviendo el dinamismo del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía.
Un paso imprescindible es la incorporación a una pequeña comunidad cristiana, que debe contar con los elementos básicos de la vida cristiana (oración, escucha de la Palabra y compromiso concreto, especialmente en la línea de la misión).
Para la formación permanente es importante establecer centros de formación para laicos y ofrecer la oportunidad de participar en cursos de formación paralelos para los laicos más comprometidos. El método incluye abundantes subsidios didácticos, fruto de una larga experiencia en este campo, que nos permiten iniciar con buenos fundamentos esta actividad pastoral.
El Apéndice 2 nos presenta un itinerario muy adecuado para impartir talleres de Biblia y Apologética, que nos ayudan a establecer grupos de “Promotores y Defensores de la Fe”, bien formados en el campo bíblico y en el campo específico de los grupos proselitistas, capacitados para orientar oportunamente a otros hermanos con relación al fenómeno sectario.
Estos talleres también pueden favorecer el surgimiento de “Agentes de Pastoral Bíblica”, cuya tarea es, precisamente, dar a conocer la Biblia al pueblo en general.
El Apéndice 3 nos presenta el itinerario formativo para capacitar más ampliamente a los agentes de pastoral llamados a afrontar el problema de la religiosidad alternativa.
Una lectura imprescindible
A dieciséis años de su publicación sigue siendo un libro con una sorprendente actualidad. Hoy más que nunca es necesario tener en cuenta sus profundas intuiciones y poner en práctica sus propuestas pastorales.
Padre Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap
México, DF; a 1 de junio de 2014,
Solemnidad de la Ascensión del Señor.
Que Dios siga impulsando el ánimo a padre Jorge Luis Zarazùa Campa