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Carta a mi hermano Jon Carlo:

 

Por el P. Emmanuelle Cueto Ramos, fmap

 

Querido hermano en Cristo, te saludo con mucho afecto y cariño, deseando que te encuentres en paz y gozando de salud. Hace dos días vi de “pasadita” una imagen que circulaba por las redes donde se menciona que compartirás escenario junto con Jesús Adrián Romero y Marcela Gándara. En un primer momento me desconcertó inmediatamente esto, pero por otras ocupaciones no le di suficiente importancia. Ayer con más detenimiento comencé a ver muchos comentarios y publicaciones al respecto de tu publicación. Deseo de corazón hacer algunas acotaciones y comentarios pidiéndote paciencia para leer todo esto.

No pongo en tela de juicio tu buena intención ni tu ministerio ni tu identidad como Cristiano Católico, ya que a mucha gente ha ayudado tu música sin duda alguna. Y no obstante esto por el mismo hecho de ser un cantante católico te conviertes en una figura pública que intencional o no intencionalmente representas un ejemplo de cristiano para otros. Eso significa que tus actos al igual que los míos por el mismo hecho de ser pastor de la Iglesia, deberán ser claros y no ambiguos, ya que el pueblo de Dios puede caer en confusión.

Tú en un post comentas: “si voy a escribir solo canciones para aquellos que ya tienen una relación con Dios, mi ministerio no está completando su misión pues Dios me eligió para llevar un mensaje de amor y de unidad.” Ahora bien, yo deseo preguntarte: ¿En qué consiste la unidad para ti? La unidad de la que tú hablas ¿Tiene relación y sustento en lo que nuestra Santa Madre Iglesia enseña? ¿Tomas en cuenta el Magisterio Eclesial? Si en verdad sientes “como Iglesia” y “Con la Iglesia” entonces comprenderás qué es la unidad y cómo la entiende en realidad la Iglesia, refiriéndome al Ecumenismo (La búsqueda sincera de la verdad: unitatis in veritatis et veritatis in unitatis= Unidadad en la verdad y verdad en la unidad)

Después del Concilio Vaticano II surgió una mal entendida posición del ecumenismo, interpretándola como una tolerancia a todo, y no es difícil escuchar posiciones como: “todos somos hermanos, somos lo mismo, creemos en el mismo Dios, lo importante es el amor… etc. Etc.” Y peor aún un ecumenismo perezoso: “Hay que buscar más lo que nos une, que aquello que nos separa” Cierto, pero en este campo no es válido un “o”… “o”  es decir: o buscamos y hablamos de lo que nos une o buscamos y hablamos de lo que nos separa. Sino un “et” … “et” es decir: hablar no sólo de lo que nos une, sino también abordar aquello que nos separa.

El auténtico y verdadero Ecumenismo no se trata de renunciar a la verdad sino mostrarla en su máximo esplendor. Cuando tomamos posiciones “relativistas” (Cfr. Sobre el relativismo en La postura de Benedicto XVI) es muy fácil caer en la trampa de un ecumenismo relajado e incluso un ecumenismo llevado a nuestro propio modo de pensar sin siquiera tomar en cuenta el sentir como Iglesia y con la Iglesia. Deseo citar la Instrucción “Dominus Iesus” del 2000 de la Congregación para la Doctrina de la Fe la cual fue un intento afortunado por aclarar una mal ecumenismo llevado por incluso la alta Jerarquía: “ Por lo tanto, los fieles no pueden imaginarse la Iglesia de Cristo como la suma —diferenciada y de alguna manera unitaria al mismo tiempo— de las Iglesias y Comunidades eclesiales; ni tienen la facultad de pensar que la Iglesia de Cristo hoy no existe en ningún lugar y que, por lo tanto, deba ser objeto de búsqueda por parte de todas las Iglesias y Comunidades”

 

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¿A qué viene todo esto?

Lo expreso porque son las bases  para sustentar mi siguiente comentario:

Compartirás escenario con 2 personas que no creen en lo mismo que nosotros los Cristianos Católicos y es respetable hasta cierto punto. ¿Por qué? Porque Yo, como pastor de almas, misionero y evangelizador he tenido que enfrentar una dura realidad que no sé si tú la has vivido: ir de casa en casa tocando puertas para evangelizar y encontrarme con “ex católicos” que a causa de muchos factores han abandonado la Iglesia y se han hecho “evangélicos”, “cristianos”, “pentecostales”,                   “Testigos de Jehová”, “mormones” y Jon Carlo… (por ponerte un pequeño número) de 10 pastores evangélicos con los que he tenido el gusto de dialogar ni uno sólo… ni uno solo desea la unidad, desean conquistar, no hacer unidad (ecumenismo) con esto no deseo generalizar porque estoy seguro que hay gente honesta que busca la verdad estando en comunidades no católicas.

Sin duda que no está a discusión el amor y el respeto que debemos tener por nuestros hermanos separados y nuestro motor primero debe ser amarlos en la verdad y mostrarles la verdad con amor. Pero no obstante esto, en los países que Dios me ha dado la bendición de misionar: EUA, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica he encontrado bastantes casos de personas que escuchan música no-católica y asimilan las ideas no-católicas en algunos cantos (no en todos evidentemente) al grado de defender “esas doctrinas” como indefensas y aceptables. ¿Sabes en realidad estimado hermano, el esfuerzo que implica evangelizar y corregir con amor a un hermano católico confundido por nuestros hermanos separados? ¿Realmente lo sabes? ¿Te ha tocado tocar las puertas todo un día y darte cuenta que la mayoría de la gente que se dice “católica” en realidad un mínimo de ella es practicante y consciente de su fe?

Querido hermano ¿Te has puesto a pensar cuánta confusión provoca en un católico indefenso el ver que un cantante católico realice un acto públicamente con otro que no cree lo mismo? ¿Has considerado lo que implica un acto como este? Sinceramente hablando ¿Qué crees que provocaría en el pueblo que un sacerdote deje dar la homilía a un pastor evangélico? Y sin embargo ha sucedido.

Querido hermano en Cristo y María, ¡si supieras cuántos misioneros se desgastan por evangelizar las sierras, los pueblos y las grandes ciudades de forma personal e individual! Y es doloroso encontrarse con gente que te contesta: “¿Qué tiene de malo ir a la Iglesia Católica e ir también a una “Evangélica” ¿Es el mismo Dios no es así? “Lo importante es el amor” Te diré lo que experimentamos: impotencia… sí impotencia y más de alguna vez: decepción. Porque por un lado algunos tratamos de encontrar una solución a nuestra división, fortaleciendo la fe de los católicos, pero por otra parte surgen actos como los tuyos: ambiguos y relativistas.

Puedes y es tu derecho de tener amigos no católicos, yo mismo los tengo y mi respeto hacia ellos siempre estará. Pero hay una grande diferencia entre la amistad y actuar ambiguamente. Con acciones como estas –pregunto- ¿Cómo pretendes en concreto crear unidad? Expreso el deseo de saberlo no sólo a título personal sino a nombre de muchos otros.

Finalmente. A mí en lo personal me gusta tu música en líneas generales, pero desde hace tiempo detecté algo curioso: poco hablas en tus letras de los sacramentos, de la Eucaristía, de la Virgen Santísima. Y ahora entiendo las cosas cuando leí uno de tus post. Cuando afirmas que tus letras no son sólo para quienes ya tienen una relación con Dios, quiero pensar que te refieres a nosotros los católicos y por lo tanto abres la posibilidad de que nuestros hermanos separados también canten tu música. Y ante esto debo decir: En la teología hay un principio teológico: “Lex orandi” “Lex credendi” es decir: Aquello que se ora es aquello que se cree. Si la música, que sin dunda alguna tiene una dimensión de expresión y profesión de fe y ésta se convierte en oración: ¿No debería manifestar lo que nosotros como Cristianos Católicos creemos en realidad?

Después de todo esto debo reconocer tu trabajo con mucha sinceridad. Sólo te pido un favor: Que tu corazón jamás se apegue al dinero (esto vale para mí sin dunda alguna) y que tus conciertos sean para servir al pueblo de Dios, no para servirse del pueblo de Dios. Que te reconozcas tú y yo, no como lucradores del evangelio por amor al dinero o la fama que siempre te reconozcas como“cantante” no “artista”. Te prometo mis oraciones por ti.

 

Con mucho cariño.

P. Emmanuelle Cueto Ramos, fmap