Día del Apóstol

La primera celebración oficial del Día del Apóstol tuvo lugar el 23 de mayo de 1990 en la Casa de la Iglesia de Acayucan, Veracruz. Fue un momento significativo que nació del deseo profundo de honrar la vida y la vocación de nuestro fundador, el Padre Flaviano Amatulli, y de fortalecer el espíritu misionero que él inspiró en los Apóstoles de la Palabra.

En aquel año, el hermano Fidencio Sampedro Zárate, entonces Director General, recuerda cómo surgió la iniciativa:

“Yo era Director General y en la Dirección General se propuso establecer un día especial dedicado a los Apóstoles de la Palabra, con una fecha que tuviera un vínculo significativo con la vida de nuestro fundador. Se consideraron dos opciones importantes: la fecha de nacimiento del Padre Amatulli (23 de mayo de 1938) y la fecha de su ordenación sacerdotal (26 de junio de 1965). Finalmente, se eligió la fecha de su nacimiento como el día para celebrar esta fiesta.

La propuesta fue comunicada con entusiasmo a los Apóstoles de la Palabra en los diferentes lugares donde estábamos presentes, y la respuesta fue de gran alegría y aceptación. Desde entonces, cada año se comenzó a conmemorar esta fecha en las distintas diócesis y comunidades.”

Finalidades del Día del Apóstol

La celebración del Día del Apóstol tiene un propósito profundo y variado, que se puede resumir en cinco grandes objetivos:

 1. Agradecer a Dios por la vida y la vocación misionera del Padre Amatulli, nuestro amado fundador, cuya entrega y pasión por la Palabra de Dios sigue inspirándonos cada día.

 2. Orar intensamente por los Apóstoles de la Palabra, mediante Misas, Rosarios, Horas Santas y otras expresiones de fe y comunión espiritual.

 3. Promover las vocaciones y dar a conocer nuestro carisma y nuestro apostolado, invitando a más personas a unirse a esta misión de anunciar la Palabra de Dios.

 4. Recabar fondos para sostener y ampliar las misiones y actividades de la Familia Misionera “Apóstoles de la Palabra”, asegurando la continuidad de nuestra obra evangelizadora.

 5. Fomentar una sana convivencia entre los Apóstoles de la Palabra de los tres Organismos, nuestros familiares, amigos, bienhechores y el público en general, fortaleciendo los lazos de amistad y comunidad.

Una celebración de fe, alegría y encuentro

El Día del Apóstol se vive como una fiesta llena de vida y esperanza. La jornada incluye momentos profundos de Adoración Eucarística, acompañados por actividades que animan el espíritu y el corazón: obras de teatro que comunican nuestro mensaje, cantos que elevan el alma, charlas que inspiran, animación y un periódico mural que refleja nuestra identidad y misión.

La alegría se comparte en la tradicional kermés, espacio de fraternidad donde la comunidad se une para celebrar, convivir y fortalecer el sentido de familia apostólica.

El punto culminante de esta hermosa fiesta es la Santa Misa, donde damos gracias a Dios por el don de la vocación y renovamos nuestro compromiso de ser fieles heraldos de la Palabra.

Momentos especiales son la procesión solemne con la Biblia, la presentación de los signos misioneros y una breve reseña biográfica de nuestro amado fundador, padre Flaviano Amatulli Valente, FMAP.

Esta celebración es mucho más que un evento anual; es un testimonio vivo del carisma que el Espíritu Santo sembró en el corazón del Padre Amatulli y que hoy sigue dando frutos abundantes a través de cada Apóstol de la Palabra.