Por Bernardo Rodríguez Campos
El lunes 25 de mayo de 2015, mientras impartía clases de apologética a los jóvenes del Voluntariado Misionero en el centro de formación que está en la Capilla La Mansión, recibí una llamada a mi celular; era de la oficina del Arzobispado, para hacer de mi conocimiento que tenía una cita con Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, Arzobispo de Puebla, el miércoles 27 de mayo.
Para mí fue una grata sorpresa. De inmediato avisé a la Hna. Amada González, coordinadora del Instituto Misionero, y al hermano seminarista Efraín Esteban, coordinador del centro de formación de varones, para que nos presentáramos, ya que las tres organizaciones hemos trabajado en unidad en la Arquidiócesis de Puebla.
Llegamos a la cita y después de una gran emoción que estábamos viviendo todavía después del Homenaje al Padre Amatulli el 23 de mayo, Dios nos dio la dicha de esta entrevista con nuestro Arzobispo. Fue una plática muy amena, donde Monseñor, atento y cordial, nos escuchaba. Después de presentarnos, fuimos expresando cada quien cuál es la función que desempeñamos dentro de nuestra Familia Misionera.