Por: Hno. Emmanuelle Cueto Ramos, fmap Fiestas Patronales

INTRODUCCIÓN

 ¿Quién no ha visto la afluencia de los feligreses cuando se festeja la fiesta patronal, el 12   de diciembre o alguna otra festividad que tenga que ver con algún santo? El fenómeno  de la religiosidad popular ha marcado profundamente la cultura latinoamericana. Es  justamente la herramienta que usaron los primeros evangelizadores en cuanto llegaron  al continente americano, se sirvieron de ella para inculturar el evangelio y con ello el  número de convertidos creció.

 A poco más de 500 años de que llegaran los españoles al continente, habría que preguntarse sobre el papel de la religiosidad popular como medio de evangelización. Las procesiones, los rosarios, el culto a las imágenes, etc. Ha permitido visualizar el tipo de cristianismo que se vive actualmente y la posibilidad de preguntarse: Actualmente la religiosidad tal como se está presentado ¿Representa un garante que permita la evangelización de nuestras masas católicas?

CRISIS ECLESIAL

Para saber si alguna persona está enferma y cuál es la enfermedad que específicamente tiene, un buen doctor debe profundizar en los síntomas, éstos le permitirán recetar el medicamento adecuado que procure la salud al paciente. Pues bien, ¿Cuál es la situación actual de la Iglesia en relación con la religiosidad popular  y su praxis cristiana (práctica cristiana)? ¿Nos está funcionando el echar mano de la religiosidad popular como medio para evangelizar?

El hecho mismo de mezclar lo sagrado con lo pagano, representa uno de los síntomas más evidentes de la crisis actual. Es por ello que no es raro ver algunas parroquias donde se celebra al “Santo patrono” festejando con bailes, venta de cervezas etc. Todo para “recaudar fondos para la parroquia”. Pues bien, no se debe mezclar lo sagrado con lo pagano.

Otro de los síntomas claro es el poco interés de parte de los feligreses por la formación cristiana en el ámbito de los sacramentos: pláticas pre-sacramentales, etc. La limitación – si bien nos va-  de sólo asistir a la Santa Misa el domingo o bien, regularmente a causa de alguna boda, XV años, difuntos etc. Hay un espíritu conformista de parte de una gran mayoría del pueblo católico.

Y uno de los más preocupantes: El abandono de la Escrituras. El Concilio Vaticano II (1962-1965) quiso promover un acercamiento de parte de todo creyente con la Palabra de Dios pero, ¿En la práctica se hace? Estamos a casi 50 años del concilio y el avance en este campo es lento.

RELIGIOSIDAD POPULAR

La religiosidad popular es distinta en cierto punto a la llamada “piedad popular”, ésta última es la práctica de acciones como el santo rosario, el viacrucis, novenas, etc. La religiosidad popular es la forma, el vehículo y la expresión tangente de la piedad popular, y en la realidad ésta última es la que se debe purificar, se debe aclarar muchas cosas que en la praxis no parecen estar claras.

En cuanto a México, considerando la religiosidad popular, existen dos grandes festividades que están a la punta de la expresión religiosa del mexicano: 1.- Solemnidad de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre. 2.- Fiesta de San Judas Tadeo 28 de octubre.

Y una muestra de la crisis actual de la Iglesia y la desviación de la religiosidad popular es clara: ¿En qué festividad hay mayor afluencia de parte de los feligreses? ¿El 12 de diciembre o la Solemnidad del Corpus Christi? Es claro, el 12 de diciembre. ¿Qué nos dice esto? Que tenemos un problema cultural que no se logra superar, y que se ha plasmado en el campo religioso. La gente suele pedir primero al santo y no a Dios.

La Virgen Santísima ha ocupado un papel relevante en la cultura religiosa, San Judas Tadeo ha tomado un papel importante en la expresión religioso-cultural. ¿Por qué? Porque si una persona tiene un problema ¿A quién acude? A San Judas, no a Jesús. ¿Si no tiene trabajo? Acude a San Judas, no a Jesús. Es muestra clara de que la figura. No por nada se ha ganado ser patrono de las “causas difíciles”

Con todo esto no se desea minimizar el papel de la Virgen y los Santos, sino provocar una reflexión que lleve a regresar a la correcta religiosidad popular, la cual debe tener su base y fundamenta en la Palabra de Dios. Por ello, toda expresión que no tenga su fundamento en la Biblia y en la Sagrada Tradición, no puede ser admitida en la praxis eclesial. Se debe erradicar el mezclar el agua bendita con el aguardiente, lo sagrado con lo pagano. Es por lo tanto urgente purificar la religiosidad popular, no se trata de quitarla, se trata de desparasitarla, quitarle aquellos elementos culturales contrarios a  la esencia de nuestra fe.

Los Santos son intercesores, no son los que hacen los milagros, y en este punto, una gran mayoría de nuestras masas católicas así lo creen. ¿No debemos aclarar las cosas? ¿Acaso deseamos que nuestro pueblo siga viviendo en la ignorancia religiosa? El papel de la Iglesia como madre y maestra es justamente corregir a sus hijos, pero al mismo tiempo reconocer cuando ella misma no está haciendo bien las cosas, eso se llama coherencia evangélica.

¿Por qué no aclarar el papel de Jesús como único mediador y el de María junto con los santos como intercesores? No se puede poner a la Virgen y a los santos al mismo nivel que Jesucristo. Él es Dios, la Virgen y los santos no. ¿Qué hacer cuando se ve la necesidad de aclarar las cosas? ¿Callar para no parecer intolerantes?