Prosperidad económica
No sabemos dónde ni cuándo empezó esta práctica, pero en muchos hogares católicos donde se coloca un altar, no falta una pequeña imagen de Buda, sentado en posición de flor de loto y exhibiendo su vientre abultado.
Muchas personas creen que frotar el vientre de la imagen de Buda (o panza o barriga, como se le llama popularmente al vientre muy abultado), les traerá prosperidad económica.


También se le atribuye la capacidad de atraer la buena suerte y el éxito en los negocios, por eso se coloca la imagen de Buda en algún lugar especial de la casa o del negocio.
Iguales propiedades se les atribuyen a otras imágenes religiosas, como la de San Martín Caballero, a objetos como la herradura y a vegetales como la sábila y a condimentos como el ajo, al que también se le atribuye la propiedad de alejar las envidias y las salaciones.

¿Un santo más?
Conviene aclarar desde un principio que Buda no es un personaje que haya formado parte de la Iglesia Católica. Nunca ha sido canonizado (reconocido como santo) por algún Papa y nunca ha sido propuesto por la Iglesia como modelo de vida ni como intercesor de los fieles católicos. No aparece, pues, en ningún santoral católico.
De ahí que nunca se haya hablado de San Buda y que no haya templos católicos que lo tengan como santo patrono ni haya una fecha especial para honrarlo, como se hace con tantos santos, esos sí reconocidos por la Iglesia Católica, como San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, Santa Rosa de Lima, San Judas Tadeo y muchos otros más.
Pero, entonces, ¿quién es este personaje y a qué se debe su popularidad en países de tradición católica y la presencia de sus imágenes en hogares cristianos?

Fundador del budismo
Aunque no hay certeza ni acuerdo sobre la fecha de su nacimiento, se cree que Buda nació hacia el año 563 y murió hacia el 486 a.C.
Es el fundador del budismo, una religión que ha tenido una influencia muy importante en países como la India, Sri Lanka, Tailandia, Camboya, Birmania y Laos, donde la rama predominante es la Theravada. Por su parte, la rama Mahayana ha tenido una especial influencia en China, Japón, la isla de Taiwan, Tíbet, Nepal, Mongolia, Corea y Vietnam, así como en la India. Se estima que el número de miembros de la religión budista que hay en el mundo oscila entre los 150 y los 300 millones, puesto que también ha empezado a difundirse en Occidente a causa de la inmigración y la fascinación que se tiene por doctrinas orientales en los países occidentales.
Buda nació en el bosque Lumbini, en las proximidades de Kapilavastu (actualmente en Nepal, cerca de la frontera con la India). El nombre de Gautama Buda, por el que se conoce al Buda histórico, es una combinación del nombre de su familia, Gautama, y el epíteto Buda, que significa El Iluminado.
A pesar de todos los esfuerzos realizados por los analistas y estudiosos, las fechas de su nacimiento y muerte siguen siendo dudosas. Las diversas fuentes budistas están de acuerdo en que vivió 80 años, pero no sobre las fechas concretas. Los seguidores de la escuela budista Theravada sitúan su nacimiento en el año 623 a.C. y su muerte en el 543 a.C., pero estas dataciones son rechazadas por la mayoría de los historiadores occidentales e hindúes.
Todos los relatos que han llegado hasta la actualidad sobre la vida de Buda fueron escritos, muchos años después de su muerte, por discípulos muy inclinados a la idealización de su maestro, por lo que resulta difícil para nosotros separar los acontecimientos reales de los numerosos mitos y leyendas sobre su vida.
Además, la mayor parte de las tradiciones budistas sostiene que Buda no fue sino la última encarnación en una serie de vidas recogidas en diversas historias edificantes.
Para el budismo, los mitos y leyendas que rodean la figura del Buda histórico son tan importantes como sus palabras y hechos, de ahí que los detalles históricos de su vida resulten difíciles de establecer y, acaso por ello, no reciban un tratamiento preferente respecto a los relatos y doctrinas que se añadieron.

No es un dios
ni un santo al estilo católico
Buda es un personaje sumamente respetable por su estilo de vida y la belleza de algunas de las enseñanzas, que invitan a tener una adecuada visión de las cosas, buenas intenciones, un modo de expresión correcto, realizar buenas acciones, tener un modo de vida adecuado, esforzarse de forma positiva, tener buenos pensamientos y dedicarse a la contemplación del modo adecuado.
Sin embargo algunas de sus enseñanzas se oponen a la fe católica.
Tal es el caso de la reencarnación, pues Buda creía que la vida es cíclica, por lo que la muerte simplemente precede a una nueva reencarnación.
Esta doctrina se opone a la esperanza cristiana en la resurrección, expresada ampliamente en la Biblia. En relación a la imposibilidad de la reencarnación, conviene recordar lo que escribió el autor de la Carta a los Hebreos:

Y del mismo modo que está establecido que los hombres mueran UNA SOLA VEZ, y luego el juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez, para quitar los pecados de la multitud, se aparecerá por segunda vez sin relación ya con el pecado a los que le esperan para su salvación (Hb 9, 27-28).

Debemos recordar que Buda no es dios ni un santo al estilo católico, por lo que no es recomendable que los católicos lo veneren a él o a sus imágenes, por muy loable que haya sido su estilo de vida.
¿Por qué? Es el fundador de una de las grandes religiones mundiales, en muchos aspectos opuesta a la fe católica.

Conclusión
En lugar de frotar el vientre de las imágenes de Buda para lograr la prosperidad económica, recordemos lo que escribió hace muchos años el autor del libro bíblico de los Proverbios:
Encomienda al Señor tus tareas,
y te saldrán bien tus planes (Prov 16, 3).

O estos bellos versículos del Salmo 37 (36):
Confía en el Señor y haz el bien,
habita en esta tierra y mantente fiel;
que el Señor sea tu deleite,
y él te dará lo que desea tu corazón (Sal 37, 3-4).