(Por Bernardo Rodríguez Campos)
“LA PRIMICIA DE LA PALABRA”
Un encuentro, una experiencia, un discipulado y una misión.
Reverendo, Padre Amatulli, Padre Jorge Luis Zarazúa, Hna. Juanita Rodríguez, Dr. Javier Quezada, Maestro Juvenal, Amigos y hermanos en Cristo.
Me siento profundamente agraciado por esta deferencia que han tenido para conmigo: “permitir que yo exprese, en una pinceladas, mi testimonio, mi sencilla pero honda experiencia, que durante estos 28 años he vivido al seguir los pasos de mi padre y maestro: El padre, Flaviano Amatulli.
Y para una mejor comprensión desarrollare tres apartados, a saber: EL LLAMADO A SER “APOSTOL DE LA PALABRA”, “LA RELACION MAESTRO-DISCIPULO” Y EL “RECONOCIMIENTO DEL PROFETA”.
EL LLAMADO A SER “APOSTOL DE LA PALABRA”
Mi vida no fue fácil a falta de mis padres, mi padre murió cuando apenas tenía 2 años, mi mama se volvió a casar cuando tenía 4 años y nos dejó al cuidado de mis abuelitos.
Nací en un pueblo llamado Obregón, un pueblo en su totalidad protestante: por parte de mi papa, “evangélicos”, y por parte de mi mama algunos se hicieron “Testigos de Jehová y adventista”, y en este contexto a los 14 años Dios me concedió la dicha de conocer a un hombre sabio y santo, Padre David López Jiménez, quien sabido de mi origen y mi circunstancia, incluso de mis dudas de fe, me adopto y se ocupó de mi formación cristiana.
Era Junio de 1987, cuando llego la invitación a un CURSO DE VERANO, que versaría en torno al “Sectarismo”, y el Padre David me dijo “Hijo, este curso te va ayudar, para aclarar tus dudas para cuando vayas a visitar a tus familiares puedas dar razón de tu fe”, me envió a México, y, yo, por supuesto, estaba emocionado, pues allí estaría aquel a quien solo conocía de oídas.
Recuerdo que llegue al curso, lo buscaba, lo buscaba entre la gente, y de repente, vi a aquel hombre de barba larga y negra, todavía lo veo con el sombrero de palma y calzando unos huaraches; me gusto ver como saludaba con distinción y calidez a las personas.
Eran las 10 de la mañana, cuando por fin me acerqué, me presenté, y le entregue una carta que el Padre David había enviado para él, una carta que nunca supe que decía, solo recuerdo que al tiempo que el Padre Amatulli la leía, me dijo: “Muy bien mi estimado a las pruebas me remito”.
¡Como recuerdo ese momento!, pues, me vino a la mente el apóstol san Juan: “eran las 4 de la tarde cuando tuvo su primer encuentro con JESUS.
Me agrado ver a aquel hombre; me llamo mucho la atención su sencillez y su humildad, y pensé, además: “este padre no es cualquiera, este es un enviado de Dios”.
Por otra parte, para participar en este curso, los requisitos exigían saber algo de biblia, de la cual el Padre David ya me había enseñado algo; el otro requisito era ser agente de pastoral, pero no lo cubría, porque solo ayudaba al Padre David como sacristán. Sin embargo, al término del curso, gracias a Dios y poniendo de mi esfuerzo para no defraudar al P. David, logre mi certificado de Capacitación.
Y más aún, al despedirme del padre Amatulli, él mismo me invito a formar parte de “Apóstoles de la Palabra”, subrayando que vio mi participación y el empeño.
SI, di un si hace ya 28 años y continúo hasta hoy con un sí.
Se ve, entonces que mi vida no fue fácil a falta de mis padres, pero la paternidad y la maestría cristiana del padre David y del padre Amatulli la hicieron ligera, útil y feliz.
“LA RELACION MAESTRO –DISCIPULO”
Al dar un sí al llamado que el padre me hizo para pertenecer “Apóstoles de la palabra”, sabía que tenía que prepararme, fueron tres años consecutivos de andar y aprender de Él, así recibí mi formación, como dice San Marcos 3, 13-15 “Jesús subió al cerro y llamo a los que él quiso para estar con Él…”, fue para mí una gran experiencia acompañarlo a varios estados del país como: Puebla, Tehuacán, Guadalajara, Querétaro, Sonora, Mexicali, Tula, Durango, Chihuahua, El Parral, Monterrey y varios estados más. Tengo muy grabado allí, en Monterrey, porque se grabaron las “conferencias” en cd.
¡Que cursos aquellos que le Padre me impartió personalmente!: los tres niveles de “protestantismo”, que “Biblia” en su primer y segundo nivel, que “El laico en la Iglesia”, o “Historia de la Iglesia” y aquí viene a mi memoria la frase ciceroniana que el padre Amatulli decía frecuentemente: “HISTORIA MAGISTRA VITAE”
¡Ah, sí! El curso de “Oratoria Sagrada”, en éste, recuerdo que nos ponía hacer ejercicios; lo recuerdo, porque, en esa época iban a salir las primeras misioneras a Italia, y fue una gracia especialísima para mí, el hecho de que el padre Amatulli me pidiera que hiciera un discurso para la hermana Julia, quien iba hacer la primera enviada.
En verdad, “que andar con el maestro, fueron verdaderos momentos de gloria para mi”
¡Bueno…! “No todo era gloria”, los cursos que nos daba no eran como ahora, pues nos obligaba a “la investigación” y la “memorización”.
Pero esto, me hizo estudiar y estudiar, y aprender a estudiar, porque el ejercicio permanente de la investigación y la memoria formaron en mí “la disciplina”, por la cual ha de distinguirse siempre, cualquier discípulo.
Esta experiencia de Maestro a discípulo, dejo en mi múltiples gracias, que no alcanzarían ni mis hojas ni tiempo para enumerarlas todas; pero puedo decir que, de las tantas enseñanzas orales, de las más de 135 obras literarias (sobre todo, el libro “Vida y sueños de un misionero”) y del testimonio mismo del padre Amatulli, TRES HAN SIDO LOS IDEALES que más han marcado el itinerario de mi vida:
“El amor a los pobres, a la Iglesia y la búsqueda de la verdad”.
“EL AMOR A LOS POBRES”
¡Qué bonito suena!, y muchos hablan de ellos, pero en la práctica dejan mucho que desear. Sin embargo , el padre Amatulli nos ha dado un gran ejemplo, acogiendo y dando un lugar privilegiado a los que más sufren, a los despreciados, a los olvidados y a los ignorantes, y yo soy uno de ellos, quien por la gracia de Dios y por el P. David lo conocí.
“EL AMOR A LA IGLESIA”
Tomando su libro más reciente. “Soñando con los Ángeles y Santos” mutatis mutandis (cambiando lo que hay que cambiar), debo de decir que la búsqueda incansable de la verdad me llevo a enamorarme profundamente de la iglesia de Cristo.
Y al reflexionar sobre la obra, “Fotografía de la realidad eclesial” me ha dibujado una Iglesia llena de defectos, que sin duda alguna, han causado polémica alrededor de la Iglesia. Aquí traigo a colación las palabras que un obispo dijo al padre (y fui testigo de ello) “Padre Amatulli si usted ve los defectos de la Iglesia va terminar odiándola” a lo cual el padre contesto de inmediato “NO, señor obispo, es porque la amo”
“LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD”
Siempre el Padre Amatulli nos ha enseñado que hay que buscar la verdad “busquen la verdad y la verdad los hará libres” Jn 8,32.
Y cuando da una conferencia pregunta a la gente: “¿quieren que les diga mentiras o la verdad?” y la gente sin tanto pensar contesta “queremos la verdad”; pero, como usted dice: “hablar con la verdad no siempre cae bien” y hasta los que se consideran amigos, se alejan.
“EL PADRE AMATULLI ES UN PROFETA”
Padre Amatulli:
Usted habla de parte de Dios, usted siempre ha gustado de anunciar y denunciar y “el que anuncia la salvación y denuncia el pecado” es un profeta, así lo ha dicho la Tradición bíblica, la Tradición de la Iglesia y el propio Magisterio. Y así lo demuestra también su magna obra literaria: “Cambiar o morir”, “Animo yo estoy con ustedes”, “Alerta, la Iglesia se desmorona”, “Les enviare mi Espíritu”, “Hacia un nuevo modelo de Iglesia” y el que está por salir, “Un nuevo modelo de Parroquia”.
P. Amatulli:
Doy gracias a Dios por haberlo conocido, doy gracias a usted por invitarme a formar parte de esta gran familia misionera “Apóstoles de la Palabra”.
Gracias, por darnos la oportunidad de compartir con nosotros su presencia y su obra, aquí en la Iglesia de la Puebla de los Ángeles, con los tres organismos dedicados a la “Primicia de la Palabra”: El Instituto Misionero, La Fraternidad misionera y El Movimiento Eclesial Apóstoles de la Palabra.
Que en este día tan especial que está cumpliendo 77 años de vida, Dios le conceda la salud física y espiritual, para que siga viendo a todos sus hijos (ya que somos muchos); y que el carisma del cual nos ha hecho participes y que ha ido sembrando en la Iglesia, pueda ver sus frutos en la UNIDAD MISMA DE LA IGLESIA:
“POR LA PRIMICIA DE LA PALABRA”
¡Gracias, Padre, Flaviano Amatulli!
Puebla de los Ángeles a 23 de Mayo del año 2015
Querido Padre Flaviano.
Para mí es un enorme placer saludarle.
Me siento orgulloso de saber que los Apóstoles de la Palabra es una familia misionera al servicio de la verdadera Iglesia dé Cristo.
Cuanto me gustaría formar parte de esta familia misionera.
Es un testimonio muy impactante definitivamente con estas acciones uno se motiva e ingresa el deseo por pertenecer a esta Fraternidad Misionera para servir a la humanidad y a la iglesia, Padre Amatulli es un ejemplo a seguir por su celo por el Evangelio.
En realidad siento.un gran apresio por el padre amatulli soy de comayagua honduras quisiera octener el libro Alerta la iglesia se desmorona para imformarme cono octenerlo comuniquense en mi facebook carlos daniel jimenez rivera gracias bendiciones oren pormi.
Leer su testimonio hno. Bernardo, me introduce a mi llamado como Apóstol de la Palabra, gracias por compartir, conocer a nuestro fundador y escuchar de el su misma experiencia misionera nos motiva a nosotros sus hijos.